Los vientos y el clima frío han aparecido nuevamente en nuestro país. Estas temperaturas nos obligan a abrigarnos, pero a muchos les gusta ya que nos recuerda que el año está terminando. No obstante, habremos notado que en muchas ocasiones los vientos y las bajas temperaturas ocasionan una especie de resequedad en nuestra piel que nos hace estar incómodos durante el día.

Es por ello que en esta temporada (y por qué no decirlo, durante todo el año) debemos mantener nuestra piel fresca e hidratada para evitar que la capa que cubre nuestro cuerpo se dañe con el paso del tiempo.

Una de las opciones que se viene más rápido a nuestra mente son las cremas humectantes: las venden de todos los tamaños, colores, olores y sensaciones, pero ahora te traemos algunas alternativas caseras y naturales que podrían ahorrarte un par de centavos y que no dejes de lucir una piel tersa y radiante.

El primero de ellos es el suero de la leche (el agua que se desprende del yogur y el queso) que contiene componentes que se se encuentran en las mejores cremas hidratantes. Con un paño húmedo con el suero de leche, frota tu rostro limpio durante cinco minutos. Este tratamiento también lo puedes hacer en otras partes del cuerpo.

Si lo anterior no te convence, te traemos el yogur y la miel. Combínalos, coloca la mezcla en tu cara y déjala reposar durante diez minutos. Posteriormente, enjuágate con agua tibia.

Finalmente, el aceite de oliva puede ser una muy buena alternativa: con un algodón impregnado con esta sustancia, frota tu cara (previamente lavada) todas las noches y enjuaga con abundante agua por la mañana.

Pon en práctica estos consejo y luce una piel envidiable. Recuerda que el cuidado de tu piel es muy importante porque es la primera impresión que muchos se llevan del cuidado con el que tratamos nuestro cuerpo.

 

Fuente: Revista VidaSana